Impulso

>> 10 de abril de 2021

En su contorno está la armonía
sobrevive en esa superficie
de terciopelo y carmín furioso
en su transparencia monacal
estaba el tremendo fulgor
que erizaba y aún lo hace, mi temor.

Qué de carne que somos, qué débiles.

De no saber escuchar a la cordura
de no prestar atención a esas señales
más contundentes que una paliza
de orcos trasnochados por algún estimulador,
más visibles que la cola de un cometa
tropecé y mordí la dimisión
me hice débil, dependiente otra vez.

En la memoria no guardo nada más que una foto
que registra su pícara sonrisa
bajando por una escalera de color sangre
todo lo demás quedó enterrado
indefectiblemente.
bajo un manto de cotidianeidad.

2 comentarios:

Mi nombre es Mucha 17 de abril de 2021, 16:22  

que bonito que escribes romantico y dulce poema

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