Naturaleza propia

>> 22 de abril de 2011

Ruge el río en su descenso
buscando estoicamente el mar
atravesando el llano extenso
mezclando sus aguas con la sal.

Murmura el viento sin cesar
corre incansable por el cielo
no siente ni dolor ni pesar
le es imposible quedarse quieto.

La gran montaña en su cubil
desarrolla su sapiencia
crece en furma muy sutil
no desmerece su creencia.

En su trono el sol majestuoso
gobierna la pacífica escena
y calma el furor intespestuoso
de las húmedas nubes negras.

La fría nieve inmaculada
refleja los rayos generosos
del respetado y querido monarca
haciendo el día mucho más hermoso.

El águila surca la límpida bóveda
vigilante de toda la escena
sus ojos vigilan de forma somera
la superficie de la extensa pradera.

El mágico río turbulento
el suave y corredor viento,
la montaña de gran imponencia
el brillante sol y su ciencia,
la blanca nieve de tacto suave
el vuelo caprichoso del ave,
todo aquello es el regalo
para nuestros hijos el legado,
la naturaleza, su fulgor
su fuerza y su esplendor.

1 comentarios:

Orquídea nEgrA 3 de mayo de 2011, 17:07  

alucinante.. ;).. como para seguir leyendote...
esper que pases por mi blog... SALUDOS!!

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